NUESTRO CUERPO SOPORTA CADA DÍA IMPORTANTES RIESGOS PROVENIENTES DE APARATOS DE USO DIARIO

No nos damos cuenta, pero en nuestro quehacer diario sometemos a nuestro cuerpo a las radiaciones emitidas por distintos aparatos que pueden conllevar efectos en nuestra salud. Los gobiernos se escudan diciendo que no existen informes concluyentes, pero los estudios son también escasos. En España los investigadores se encuentran con dificultades a la hora de abordarlos.

Tudela tiene un central de Iberdrola en su mismo casco urbano. En el nuevo parque del Barrio de Lourdes las torres de alta tensión conviven con los juegos de los niños. Hace algunos años, grupos del Ayuntamiento solicitaron el traslado de la central, pero el alto coste económico impide que se lleve a efecto. Pero no sólo las líneas de alta tensión pueden suponer riesgos, las antenas de telefonía móviles y gran variedad de aparatos domésticos producen una serie de ondas que pueden afectar a nuestro organismo. Hoy es la telefonía móvil la que está levantando preocupación e incertidumbre, debido a la emisión de radiaciones de las antenas de telefonía móvil, que cada vez se instalan más cerca de nuestras viviendas y cuyas consecuencias no se conocen aún, seguramente porque no interesa a las grandes compañías de telecomunicaciones, unas de las más fuertes del mercado en la actualidad. Sólo algunos grupos políticos como Batzarre o Chunta Aragonesista se han movilizado.


Iniciativas políticas
Batzarre cree conveniente realizar un convenio con la UPNA para crear un banco de datos que recoja todas las instalaciones repetidoras y emisoras de telefonía móvil así como crear un plan municipal en el que se planifique la red en Tudela.
Por otra, la CHA ha conseguido que el Gobierno de Aragón apruebe una normativa que regula la colocación de este tipo de antenas y que controla su potencia de emisión, por lo que ciertos Ayuntamientos están paralizando las concesiones hasta que no se legisle. Las últimas sentencias judiciales al respecto muestran una cierta inclinación hacia su irregularidad.


Alta tensión y Móviles
Queda confirmado, según múltiples estudios, que los teléfonos emiten una radiación que afecta al sistema nervioso, y está perdura hasta varias horas después de haber eliminado esa fuente. Entre las diferentes enfermedades que se especula pueden ser producidas por los teléfonos móviles, la de mayor preocupación social es el cáncer cerebral. Pero ninguno de los estudios realizados ha podido demostrar fehacientemente una relación directa entre móviles y el riesgo de cáncer.


En España existe una Coordinadora contra las Líneas de Alta tensión y transformadores, que pretende presionar al Gobierno para que paralice, durante 10 años, la construcción de nuevas líneas, ya que consideran que suponen una grave amenaza para la salud y una agresión al medio ambiente. Este mismo mes, varias agrupaciones convocaron una concentración en Murcia para denunciar ante el Gobierno un alarmante incremento de la contaminación electromagnética que proviene de dos focos principales: las antenas base de telefonía móvil y las líneas de alta tensión y transformadores en las inmediaciones de las viviendas. Además, se establecen valores límites de exposición al público que superan en 4.500 veces lo recomendado por la Conferencia Internacional de Salzburgo sobre Emplazamiento de estaciones de telefonía móvil.


Investigaciones
La polémica resurge de vez en cuando y los políticos consiguen acallarla mediante una argumentación simple: no hay estudios que prueben nada. Pero tampoco se ha puesto interés. Puestos en contacto con organismos de investigación como el CIEMAT, CSIC o el IDAE ninguno está estudiando este campo. 

Sí lo hacen, en cambio, profesionales independientes que por puro interés y con muchas dificultades inician este camino que ex extremadamente complejo. MªJesús Azanza, doctora en la Universidad de Zaragoza, lleva desde 1987 investigando el tema de los campos magnéticos, pero no ha querido entrar nunca en los debates surgidos porque siempre se intenta encauzarlos hacia una correlación con el cáncer. Para ella, es difícil establecer una incidencia directa porque están en juego muchos otros factores y otros campos electromagnéticos. Pero cree que hay que aplicar el principio de precaución que se está haciendo en Europa, que en España está lejos de aplicarse y que conlleva alejar lo más posible de los núcleos de población las líneas de alta tensión y otros elementos como las líneas de ferrocarril o antenas de telefonía. La cuestión, para la doctora, está en que nunca se ha estudiado el tema lo suficiente, porque existen demasiados intereses en juego y las medidas a aplicar son excesivamente complejas. Además, siempre encuentran explicaciones fáciles para todo y evitan entrar en el problema de fondo. Señala que el desarrollo conlleva sus riesgos que nadie quiere reconocer.


Este tema se trabaja a nivel internacional desde 1950 y existen incluso recomendaciones y normativas al respecto. Incluso la Organización Mundial de la Salud definió estos campos como prioritarios para su estudio, pero España parece no haberse enterado. El grupo independiente que lo estudia, incluida la doctora, tienen que publicar sus investigaciones en el extranjero, porque es allí donde encuentran el eco necesario. En España tienen difícil lograr subvenciones para llevarlos a cabo.



Marta Elía