TURISMO | |
CIUDAD RODRIGO UN PASEO ENTRE ENCINAS Y LA HISTORIA CASTELLANA
Los orígenes de Ciudad Rodrigo se remontan más allá de la época romana, en la
que tuvo gran importancia. La antigua Meróbriga, tras un periodo oscuro, del
siglo VI al XI, fue recobrando su posición. En el siglo XII se inicia la
construcción de la Catedral. Destaca en ella el claustro, pero también la
antigua capilla, donde podemos observar frescos que todavía se conservan y
alguna que otra boda, porque los vecinos parecen preferir la antigua capilla a
la Catedral. Las murallas pueden recorrerse. Lo malo de ello es que después de
ver las de Lugo, cualquier otra muralla parece no tener importancia. Pero Ciudad
Rodrigo tiene algo sobresaliente: sus palacios, el más hermoso, el de la
Marquesa de Cartago a un paso de la Catedral. Es una vivienda, con lo cual no
queda más que envidiar a quien allí habita. Da la sensación de que en un momento u otro bajará del mirador una soga para que suba algún príncipe, aunque, en estos días, parece que no andan muy animados. Pero hay otros muchos Palacios en Ciudad Rodrigo, el Palacio del Conde de Alba de Yeltes, el de Moctezuma, el de los Castro. También se puede visitar la Casa Consistorial. Como ciudad amurallada, también tiene su castillo del que queda muy poco, pero que todavía expresa el esplendor de esta ciudad. No en vano alberga un Parador Nacional. Lo peor de todo es la hora de ir a comer. Es necesario estar al loro porque enseguida están repletos, sobre todo, los que se encuentran en la Plaza Mayor. Pero antes, si reserva con antelación una mesa, no deje de tomarse un aperitivo por las tabernas de la ciudad.
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