GRANADA -
El GENERALIFE
En
su visita a la Alhambra encontrará este paraje que es digno de un bello
cuento. De las huertas de recreo es la única que ha llegado a nuestros días.
Era la finca donde el rey de Granada se retiraba para pasar temporadas de
descanso, pero próximo a la
Alhambra para sí atender los asuntos más urgentes, si fuera necesario. Lo
único que queda de los jardines primitivos son las terrazas escalonadas
donde se hallaban las plantaciones. Los jardines actuales no tienen nada que
ver con los de la Edad Media que debían ser, por lo que se puede ver en el
recinto, mucho más hermosos. En el jardín actual solamente se ponen en juego
los sentidos de la vista y el olfato, en cambio sus moradores tenían el
gusto de despertar todos los sentidos y eso lo podemos notar si nos dejamos
llevar y escuchamos. Para ello hay que alejarse de la gente y oír el agua
correr en todos los rincones. El eje central del Generalife es el patio de
la acequia. Desde la época romántica dos fila de surtidores al gusto
italiano forman arcos de agua que se precipitan sobre el canal. En su
concepción primitiva, el agua vertida en la acequia por las dos fuentecillas
que hay en cada uno de los extremos producía un fresco rumor, como un
sedante que estorba al pensamiento, pero esa sensación se puede encontrar
también en las escaleras de las terrazas por las que corre también el
murmullo del agua. El lado norte, el mejor conservado, presenta en su frente
arcos de medio punto, el central más elevado. El Generalife no es un lugar
como los Palacios Nazaríes donde se sorprenderá por la belleza de
ornamentaciones, sino que allí es la naturaleza la que habla y lo que
debemos hacer es dejar disfrutar a todos los sentidos.
Foto: 1.Patio de la Acequia en El Generalife 2.Vista de los
jardines |
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