LA CONTAMINACIÓN EN NAVARRA  


La Consejera de Medio Ambiente, Yolanda Barcina, compareció la semana pasada ante el parlamento para explicar la cuestión sobre la contaminación de suelos en Lodosa, que se había denunciado incluso a nivel nacional, asegurando que dicha contaminación es limitada y que va a ser corregida. Todos los grupos se mostraron satisfechos por la explicaciones dadas y llegaron a la conclusión de que el tema se había sobredimensionado.

Si embargo, es necesario añadir que la contaminación es hoy en día un grave problema, que existe y que no somos los únicos. En toda España se dan estos casos, pero quizás en nuestra Comunidad, gracias a determinados grupos, la información sobre los delitos ecológicos sale en mayor medida a la luz. Bien es cierto que cuando sale el Gobierno se encarga de rebajar las consecuencias, sin embargo, lo más importante es estar informados. En este sentido, Gurelur lleva a cabo una importante función. En el pasado año denunció varios vertidos a los ríos navarros que tuvieron graves consecuencias, sobre todo para los peces. Más recientemente ha avisado sobre la contaminación de los suelos en Navarra.

La organización ecologista ha estudiado hasta la fecha los siguientes suelos contaminados por residuos tóxicos y peligrosos situados en las empresas Inabonos de Pamplona y Lodosa, Aceralia (vertedero de Katazpegi y mina de Eskolandi en Lesaca, Funbera (vera de Bidasoa y Carbones y Destilados (Ekai-Lóngida), existiendo un total de 279 suelos que presentan una mayor posibilidad de presentar suelos potencialmente contaminados.

En unos de sus informes Gurelur explica que hubo una serie de estudios realizados por las empresas Covitecna y Emgrisa en el año 1995 que detectaron la presencia de residuos tóxicos y peligrosos en varios de los emplazamientos antedichos. El Gobierno en ese mismo año solicita al Parlamento autorización para formalizar un convenio de colaboración con el Ministerio de Obras Públicas para la recuperación de suelos, acogiéndose al Plan Nacional (1995-2000). Las actuaciones prioritarias contempladas en el inventario nacional de estos suelos suponían para Navarra un montante de 1486 millones para actuar en diversos suelos. Posteriormente un estudio realizado por Emgrisa en 1997 corrobora los resultados obtenidos en 1995 sobre contaminación.

Sin embargo, a pesar de tener conocimiento de esa contaminación de su peligrosidad para la salud y para el medio ambiente, el Departamento no ha realizado ninguna actuación, ni ha abierto ningún expediente sancionador, aunque en estos momentos el mismo Departamento insiste en que el problema se está solucionando. A ello se puede unir la pérdida de 1486 millones de pesetas que podían haber sido destinados a la descontaminación de algunos de esos suelos, si se demuestra, como señala Gurelur, que por su dejación se hayan dejado de percibir.

Gurelur resalta algunos casos y situaciones de estos suelos. En el caso de Funbera de Vera de Bidasoa señala que esta empresa ha causado al menos dos vertidos contaminantes al río Bidasoa durante el año 1998. En los suelos de Inabonos de Pamplona se ha detectado la presencia de arsénico, cromo, cobre, níquel y cinc. La alta presencia de arsénico en las muestras tomadas aconsejan la intervención sobre estos suelos y la interrupción en el uso de las aguas si éstas son utilizadas para el abastecimiento urbano o agrícola. El Departamento, al igual que en los demás casos no ha incoado expediente sancionador alguno, ni ha procedido a la realización de las actuaciones necesarias para evitar la contaminación de los acuíferos. Todo lo contrario, Gurelur señala, que la Consejera de Medio Ambiente ha firmado un acuerdo con esta empresa que contempla la compra de sus terrenos por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona para la construcción de viviendas por 291 millones de pesetas cada uno.

Mientras tanto, en los suelos de Carbones y Destilados Ekai, empresa actualmente abandonada, se han encontrado residuos tóxicos y peligrosos como hidrocarburos clorados y aceites minerales. Asimismo, todavía se pueden encontrar decenas de garrafas en mal estado de conservación llenas de líquidos y aceites, conteniendo alguno de estos productos un pH muy ácido. Al discurrir por debajo del emplazamiento numerosas vías de agua, las posibilidades de contaminación de las aguas son altas, agravando este hecho el que el río Irati transcurra pegado a los terrenos contaminados.

Asimismo, hay que añadir otros análisis realizados por la empresa Emgrisa durante 1997 referidos no sólo a las empresas ya mencionadas sino también a Inabonos de Lodosa, Fagor Luzuriaga de Tafalla y Papelera Navarra de Sanguesa. En la primera, los parámetros sometidos a análisis fueron arsénico, cadmio, cromo, cobre, mercurio, plomo, níquel, cinc, pH, y conductividad y en las conclusiones se señala entre otras cosas, las altas concentraciones de todos los metales analizados en casi la totalidad de los meses en los que se realizó el control, ante lo cual se corroboraba nuevamente la importancia, desde el punto de vista de contaminación, del foco emisor y se recomendaba la descontaminación del emplazamiento y la realización de un control, asimismo se prohibía el uso de las aguas tanto para consumo humano como agrícola en toda la zona de afección.

En cuanto a Fagor el informe destaca que en todos los meses se habían encontrado valores de contaminación superiores a los de 1995 por lo que concluía que mientras permanezca el foco emisor va a seguir existiendo contaminación en las aguas subterráneas; además, dada la presencia de cobre y cinc en concentraciones que superaban los límites de intervención y teniendo en cuenta que las aguas subterráneas de la zona drenan el arroyo del Cidacos y se emplean para consumo humano y riego, se aconsejaba ampliar el control para comprobar la evolución. Por último, en lo que se refiere a Papelera Navarra en Sanguesa las conclusiones apuntan que "únicamente se han detectado concentraciones de azufre total que superan las concentraciones máximas admisibles. Aunque las aguas no sean empleadas para consumo se aconseja se realicen controles trimestrales durante un año y semestrales durante un año más".

Esto es lo que hasta ahora se ha investigado, quizás sea una mínima parte de lo que realmente existe, o quizás sólo sea eso. Pero puede ser bastante, si consideramos que estas actuaciones son reiterativas y continuas. Quizás el Gobierno, después de varios años, va a solucionar el tema de Lodosa, pero quedan muchas más cuestiones por solucionar. Y lo más importante sigue siendo estar informados, y eso, al parecer, no se lo debemos al Gobierno.

 

Escribe: Marta Elía